Hoy,
la distribuidora Cameo, ha puesto a la
venta la película “Midnight in Paris”, último trabajo de
Woody Allen, que lleva ya 27 semanas en
nuestra cartelera en las que ha recaudado más de 8 millones de
euros. Y no se queda aquí el éxito del director neoyorquino, ya que
el film se ha ingresado ya 100 millones de euros a nivel mundial. Os
recordamos que “Midnight in Paris” está coproducida por
Mediapro, por lo que se considera una
coproducción entre España y Estados Unidos.
Y
hoy, con motivo de este lanzamiento, aprovecho para escribir la
crítica de “Midnight in Paris” que en su día dejé
pendiente. ¿Por qué? No lo sé. Quizás porque no encontré las
palabras adecuadas para definir esta maravilla; para mí gusto, de lo
mejor de un Woody Allen, al cual, ya de
por sí, idolatro. O, quien sabe, quizás sólo porque no tuviera
tiempo. Pero me gusta más pensar lo primero.
En
“Midnight
in Paris”,
Gil, un escritor norteamericano algo bohemio llega con su prometida
Inez y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles
soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo
que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea
transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que
jamás imaginaría iba a conocer... “El mejor Woody
Allen ha vuelto”, publicaron muchos, tras el estreno de esta
película. Y no estoy de acuerdo.
El sello Allen es
notable en esta película, desde sus personales títulos de créditos
iniciales hasta la clásica música de los créditos finales. Es
esta, una comedia romántica, mágica, asombrosa, nostálgica,
encantadora, surrealista, ágil y divertida. En mi opinión, la mejor
película de lo que va de 2011. “Midnight in Paris” es
Noche en el Museo. Pero no la “Noche en el museo” de Ben
Stiller, no. Aunque en esta el protagonista es un buen amigo
suyo: Owen Wilson. Un distraído,
agradable y descuidado Owen Wilson,
prendado de la ciudad de París, de sus calles bajo la lluvia, de sus
hermosas noches, y de sus animados años 20... Un Owen
Wilson, por lo tanto, enfundado en el disfraz de Allan
Stewart Königsberg. Quizás, el mejor Allan
Stewart Königsberg que haya interpretado jamás un
papel típico de Allan
Stewart Königsberg,
sin ser Allan
Stewart Königsberg. ¿Qué quién es Allan
Stewart Königsberg?
Woody
Allen.
Pero es que esta vez el menudo neoyorquino estaba demasiado ocupado
dirigiendo este museo, en el que tienen cabida, entre otros, Zelda
y Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Pablo Picasso, Henri Matisse,
Luís Buñuel, Paul Gauguin
o Salvador
Dalí.
Un
Owen
Wilson
perfectamente acompañado en por un reparto que cuenta con la
preciosa Rachel
Mc Adams
(¿soy al único al que su papel le recuerda a Scarlett
Johansson?),
Kurt
Fuller, Mimi Kennedy, Michael Sheen, Léa Seydoux, Kathy Bates
o Adrien
Brody,
además de la colaboración de la “primera dama”, Carla
Bruni.
Pero sobre todo, con otra fabulosa actriz en alza: Marion
Cotillard,
capaz de enamorar hasta hacer perder la cabeza a Owen, a mí y a
todos. Una película que te mantiene constante la sonrisa durante
todo el metraje, que te hace creer en la magia del cine. Woody no ha
vuelto. Woody nunca se fue. Woody es eterno. Como la “Belle
Époque”. Como París. Y es que “París con lluvia es lo más
bonito que hay...”
Mi
valoración: 9
Preciosa crítica para una película maravillosa q nos recuerda el porque nos gusta el cine. Más pelis como estas es lo que necesitamos y menos CREPÚSCULOS. Yo ya tengo el Blu-Ray. Un abrazo
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