CRÍTICA DE "ISPANSI", SEGUNDA PELÍCULA DE CARLOS IGLESIAS, AÚN EN CARTELERA

En 2006, Carlos Iglesias, un actor al que teníamos por cómico debido a sus interpretaciones (sobre todo por sus televisivos personajes de Pepelu en "Esta noche cruzamos el Mississippi, y del inolvidable Benito Lopera en "Manos a la obra) nos sorprendió a todos con la preciosa y agradable tragicomedia "Un franco, 14 pesetas" en su debut como director. Una película que trataba de forma sencilla la emigración a Suiza de una de las tantas familias que tuvieron que hacerlo durante los años 60. Para ello, dice el director, se basó en la historia de sus padres. Cinco años más tarde, el propio Carlos Iglesias nos presenta su segunda película,  "Ispansi".

Para ello, se ha basado en la historia de uno de sus profesores de interpretación, uno de esos "niños de la guerra", sobre el que el director dice que se le quedaron grabados sus recuerdos y nostalgias. Y eso es lo que esperaba ver: la historia de esos 3.000 "niños de la guerra", que fueron enviados a diversas partes de Europa, sobre todo Rusia, para protegerlos durante la Guerra Civil española, y a los que, tras unos años de felicidad, les pilló de lleno la Segunda Guerra Mundial. Un suceso sobre el que se conoce poco, una de esas tantas tragedias que causó el apartado más lamentable de nuestra historia reciente. Una interesantísima trama que nunca se había llevado al cine. La esperaba con tantas ganas como esperé, por ejemplo, la película que contaba otra de esas tragedias puntuales, dentro de la gran catástrofe que aconteció desde 1936 en España, "Las 13 rosas". 

Y sin embargo, vi el trailer y me decepcionó. No estoy seguro de por qué, pero no me acabó de entrar. A pesar de ello, y por la garantía que me daban el director y el argumento, fui a verla. Esperando, como ya digo, ver la historia de esos niños. Pues no, esa historia es solo la excusa para vendernos otra película, una de amor, en la que los niños apenas tiene protagonismo. De hecho, unos días después de verla, apenas recuerdo la cara de ninguno de ellos. Aún así, a pesar de la decepción de ver algo distinto a lo que esperaba, los protagonistas (el propio Carlos Iglesias y la debutante Esther Regina) son lo mejor del film. También se nos vendía la historia una historia sobre las dos guerras, pero estas tampoco toman protagonismo. Se le puede criticar falta de profundidad, apenas se dan explicaciones, no llega al corazón...sus tramas daban para más. 

La película empieza fría, y nunca termina de calentar. A pesar de ello, y aunque parezca contradictorio, es una película de casi 2 horas que no se hace, para nada, larga. 2 horas en las que te dejas llevar por su fotografía (aquí hay que decirlo, preciosa), por los paisajes blancos de una nevada Rusia (aunque en realidad, está rodada en Suiza). Un blanco que resalta en medio de tanto personaje gris. El director, en su (buena) intención de no politizar el film, de unir más que enfrentar a "las dos Españas", crea una historia sin malos ni buenos, sin vencedores ni vencidos, pero que acaba convirtiendo en mediocres a estos personajes. También se nota la poca experiencia de la mayoría de ellos.

Falla también en su voz en off, que aporta demasiados datos a un ritmo muy lento (luego se entiende el por qué), narrada por el propio protagonista. A pesar de todo esto, es una historia bonita: el comisario político del Partido Comunista, que se cruza al empezar la guerra en Rusia, con un grupo de "los niños de la guerra" y sus cuidadores, entre los que se encuentra Paula, una falangista española, camuflada entre el grupo tras robar los documentos de una republicana muerta, para acompañar en el viaje a su no reconocido hijo.

Una película interesante, bonita, distinta...pero que no emociona.

Desde aquí, sugerimos a Carlos Iglesias que pruebe con la comedia, una sola película, para luego volver al drama. Sería atractivo cuanto menos, ver un film divertido de un director que nos ha hecho reír tanto.

Mi valoración: 5